Lo bueno no dura eternamente. Va por temporadas, y eso está bien, porque la felicidad está en la sala de espera de la felicidad. Y nunca falla, puede irte bien un tiempo, pero ves con pies de plomo, que en cuanto menos te lo esperes, volverá a caer algo al suelo, a hacerse pedacitos delante de tus ojos, mientras no puedes hacer más que esperar a que pare de cascarse el cristal y resignarte a recogerlo y deshacerte de ello.Es ley de vida, tarde o temprano acabamos volviendo al principio, la vida da muchas vueltas, pero lo bueno es que siempre sabes que volverá a dar una vuelta más, y otra más, y lo que importa es que aproveches el estar arriba cuando tengas la oportunidad, y que seas consciente, de cuando gires y le veas la otra cara a la moneda, decidas con cual te quedas, cara o cruz. En el fondo te hace falta mucho tiempo, porque una persona no es tan simple como para resumirse en darle la vuelta a una moneda, pero por el momento estoy bien como estoy, girando pomos, abriendo puertas y cerrando ventanas. Y orgullosa de aprender que una persona nunca es lo que parece.
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