Puedo describir la sensación con muchos adjetivos, pero probablemente sería confundida con el desamor, y creedme, no tienen nada que ver. Al principio ni te das cuenta de como vas subiendo alto, a donde nadie puede tocarte, pasando los días en las nubes, escuchando música en tu cabeza, viendo el color que hay en las buenas acciones, y dejas de preocuparte un poco menos de tu vida día a día, y es entonces cuando algo falla, cuando una de las piezas del engranaje de tu reloj se desmonta y la pierdes, y cuando te quieres dar cuenta esa pieza ya está más que oxidada y es insalvable. Piensas que si tu tiempo no te pertenece solo a ti no importa un reloj menos, y sigues adelante y mirando al frente. Pero es el momento en que te das cuenta de que tú tan solo tú eres quien decide, y entonces he visto que estoy sola ante un millón de problemas, y que soy yo y solo yo lo que me va a sacar de ese pozo, por mucho tiempo que me cueste. Sentir que soy una y no dos, que no soy para alguien lo que ese alguien es para mi, y pensar tanto y tanto hasta romperme los huesos. Y sentir un nudo en la garganta y unas ganas de llorar inconfesables ni a la más silenciosa de todas las noches, la típica reacción de responder "nada" cuando alguien pregunta "¿pasa algo?". Pasa algo. Pasa que dejo volar el pájaro que hay en mi, sin darme cuenta que ese pájaro, fuera de su jaula, pierde las plumas, y le queda poco para caer, y seré yo quien vaya a recogerlo cuando caiga, lo devuelva a su jaula de rutina, y lo cuide hasta que otra persona venga y le de esas falsas esperanzas que le hacen creer que puede volar todo lo alto que él quiera.
Hoy solo quiero saltar de lo más alto de las nubes que he subido estos meses, caerme, estamparme de una vez, y levantar, volver a subir cada peldaño, hasta la azotea que me corresponde, desde donde veo la luna salir cada noche y de la que la princesa se despide cada mañana hasta que vuelva a salir una y otra noche más. Solo busco un poco de tranquilidad, un par de personas entre tanta gente que, aunque no comprendan lo que realmente estoy pasando, me lo hagan olvidar con un par de sonrisas sinceras, y si puede ser un beso sincero y tímido, robado bajo unas pocas manchas de estrellas en el cielo.
Ahora huyo de las noches con mi compañera solitaria, la luna, porque un día prometí perseguir mis sueños, y desde ese día tambien he estado atada a uno de ellos, sin percatarme entonces de que cada noche seguiré soñando, y en mis propios sueños soy feliz con tan poco que en la realidad sería imposible.
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